Palabras hirientes, insultos, sentimiento de culpabilidad...
El perverso narcisista cuenta con numerosas armas en contra de su víctima. En
público es todo sonrisa, pero en lo privado puede transformarse en un verdadero
tirano. Frente a un manipulador narcisista, la única solución posible es: la
huida. Porque pueden convertirse en una amenaza psicológica real, e incluso
física, para su presa. Para mantenerlos a distancia, aprende a desenmascararlos.
¿Quién es el perverso narcisista manipulador?
¿Todos iguales para los perversos narcisistas?
¿Cómo reconocer a un perverso manipulador?
¿Cómo deshacerse de un manipulador narcisista?
Perverso narcisista: líbrate de él
El manipulador perverso narcisista es una especie de Dr.
Jekyll y Mr. Hyde. Una persona con doble
personalidad, de ahí la dificultad para detectarlos a primera vista.
¿Quién es el perverso narcisista manipulador?
El perverso narcisista es un manipulador que se crece rebajando
a los demás. No quiere a nadie y tiene una imagen muy negativa de sí mismo que
proyecta sobre los otros. Intenta «destruir en los demás lo que él mismo no
puede obtener: felicidad, deseo, placer», explica Claire-Lucie Cziffra,
psicoanalista.
En su opinión existen dos tipos de perversos narcisistas, «el
que está desbordado por sus propios mecanismos y causa sufrimiento a su entorno
de forma involuntaria, y el perverso sádico que, al contrario, disfruta
haciendo daño a los demás».
Puede ser cualquier persona: una pareja, un miembro de la
familia, un amigo, un compañero de trabajo, un jefe... Pero no nos
equivoquemos, el perverso puede esconderse tanto bajo la piel de un hombre como
bajo la de una mujer. «A pesar de que un número considerable de pacientes sean
hombres, eso no implica que los hombres estén predispuestos de forma natural a
la perversión narcisista», explica el Dr. Alberto Eiguer, presidente de la
Asociación internacional del psicoanálisis de la pareja y la familia. A partir
del momento en que se establece cierto tipo de relación y el perverso es
consciente de su influencia en el otro, empieza su proceso para humillar a la
otra persona. «Se aprovecha de nuestras debilidades y carencias y pasa a la
acción si siente que somos frágiles», avisa Claire-Lucie Cziffra. Como una
araña, teje su tela y espera el momento oportuno.
¿Todos iguales para los perversos narcisistas?
Si una presa cae en sus redes, es porque el perverso es una
persona con dos caras. Puede ser simpático, social, agradable. Tiene varias
cualidades que utiliza para manipular mejor a sus víctimas.
Está claro que algunas personas son más vulnerables que
otras, pero todos nos encontramos potencialmente en situación de peligro.
Porque, ¿cómo evitar flaquear ante las amenazas, los insultos, las críticas y
la humillación, sobre todo si son constantes? Incluso quienes tienen un
carácter fuerte puede caer en la trampa, en particular cuando hay una
dependencia afectiva. En tales casos, las víctimas son incapaces de ser
racionales frente a la relación.
¿Cómo reconocer a un perverso manipulador?
No es nada fácil detectar a esos diablillos disfrazados de
personajes afables. «El perverso se pone su máscara, y por eso, el entorno de
la víctima no siempre es capaz de detectarlo. En lo que concierne a la víctima,
esta no suele comprender la manipulación de la que es objeto», explica
Claire-Lucie Cziffra.
Pero hay un momento de la relación en que la situación se
desequilibra. Cuando la culpabilidad, la crítica, la humillación, la mentira y
los celos se apoderan de la relación: desconfía, lo más probable es que hayas
entrado en el juego de un perverso narcisista.
Además de los rasgos del carácter o de los modos de proceder,
también conviene fijarse en el comportamiento de la víctima. Si vas con pies de
plomo cuando estás en su presencia, si no te sientes tú misma cuando estáis en
la misma habitación y haces todo lo posible para no contrariarlo, ha llegado el
momento de ponerse en guardia. Lo más probable es que la manipulación ya forme
parte de vuestra relación.
¿Cómo
deshacerse de un manipulador narcisista?
No puedes
esperar que el perverso narcisista cambie. Su forma de razonar está
completamente enraizada. Para él no es posible replantearse las cosas porque
siempre tiene razón y los demás están equivocados. Si caemos en la trampa de un
perverso, hay que huir porque, si no, nos va a robar toda nuestra energía. Hay
que dejarlo atrás, sobre todo si estáis en pareja, porque con una persona así
nunca será posible mantener una relación sana. Además, para aumentar al máximo
su influencia, el perverso intentará aislar a la víctima y hacerle perder
cualquier contacto con sus allegados.
Evidentemente,
lo más difícil es ser capaz de identificar esta relación tóxica y tener la
posibilidad y la valentía de irse. En cuanto tomemos consciencia de lo
perjudicial que puede resultar la relación para uno mismo, tenemos que
marcharnos. No hay que intentar comprender al perverso narcisista, al no sirve de nada intentar buscarle excusas.
Claire-Lucie Cziffra concluye: «la única salida es huir, aunque implique perder
algo».